Apuntes de técnica XVI. El vibrato IV. Ejercicios III

Una vez que hemos conseguido un vibrato controlado sobre una nota larga, con y sin variación de matiz —como en los ejercicios propuestos en el artículo de ayer—, lega el momento de empezar a trabajarlo sobre una sucesión de varias notas y en tesituras diferentes.

En todos los ejercicios que se proponen a continuación es recomendable utilizar el metrónomo a diferentes velocidades.

  • Ejercicio 5.- Volviendo a tomar las notas de un arpegio como referencia, empezaremos a tocarlas en octavas ascendentes y descendentes. Como en los ejercicios del artículo anterior, es preferible alternar repeticiones con y sin vibrato para ser capaces de controlar el movimiento a voluntad. Las notas pueden ser todo lo largas que necesitemos para sentir que el vibrato es regular y que lo controlamos sin tensiones.
  • Ejercicio 6.- Partiendo de la tónica, intercalaremos la quinta entre esta y la octava, alternando repeticiones con y sin vibrato.
  • Ejercicio 7.- Completaremos el arpegio. En este, como en el resto de los ejercicios, cuidaremos siempre de que el vibrato no se interrumpa en los cambios de nota.
  • Ejercicio 8.- Repetiremos el ejercicio 5, pero esta vez con un movimiento controlado de crescendo-diminuendo que nos permita comprobar que el vibrato no interfiere con el fraseo de las notas.
  • Ejercicios 9 y 10.-Son repeticiones de los ejercicios 6 y 7 pero, al igual que en el anterior, acompañando el movimiento ascendente de las notas con un crescendo y el descendente con un diminuendo. Como en todos los ejercicios de esta serie, se pueden alternar repeticiones con y sin vibrato para aislar y controlar cada uno de los movimientos implicados.

En estos ejercicios —que como se puede ver son aplicables como variantes de los ejercicios de sonido propuestos en el Cuaderno de estudio— hemos utilizado únicamente las notas del arpegio para no alargarlos en exceso, pero se pueden realizar igualmente con todas las notas de la escala, haciendo las pausas que sean necesarias para respirar.

A partir de este momento se pueden hacer sobre todos los ejercicios precedentes todas las variaciones que se nos ocurran para ayudar a ganar en flexibilidad y control del mecanismo de producción del vibrato.

Por ejemplo:

  • Empezar la nota larga sin vibrato e ir introduciéndolo poco a poco.
  • A la inversa, empezar con vibrato y luego quitarlo paulatinamente.
  • Una nota con vibrato y la siguiente sin vibrato,
  • Cualquier otro diseño pensado antes de realizar el ejercicio.

Lo principal en el estudio del vibrato, como en el de cualquier aspecto de la técnica —además de tener claro cual es el mecanismo a utilizar y comprender su funcionamiento— es la constancia en el trabajo. Es mejor unos minutos bien aprovechados todos los días que a la larga irán calando en nuestra forma de dominar el instrumento, que invertir muchas horas un día y después olvidar el ejercicio.

En los cuatro artículos que hasta ahora hemos dedicado al estudio del vibrato nos hemos centrado en él en si faceta técnica y hemos trabajado el mecanismo que lo produce. En el de mañana, que cierra esta serie, nos referiremos a la utilización musical del vibrato como recurso expresivo

JMR

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