La labor del profesor

IMG-20150308-WA0003Con este, vamos a empezar una serie de artículos donde iremos haciendo una serie de reflexiones sobre el papel que juega el profesor en el proceso de aprendizaje de un instrumento como el oboe.

Hace ya veinticinco años que doy clases de oboe, en todos los niveles. En este tiempo he tenido alumnos de todo tipo: brillantes, trabajadores, holgazanes, constantes, simpáticos, dispersos, ilusionados, pesados, ilusos, apáticos, y de todos ellos me ha tocado sacar lo mejor, o al menos intentarlo con todos los medios a mi alcance. Buscar que cada uno salga de clase sabiendo algo más de lo que sabía al entrar.

También, ya sea porque he trabajado con ellos o porque me han llegado sus referencias, he conocido profesores de todo tipo: activos, implicados, pasivos, aburridos, paternales, desinteresados, organizados, improvisadores, solitarios, colaboradores, y he visto el efecto que su personalidad y su actitud tienen en sus alumnos y en el funcionamiento de un centro de enseñanza musical.

No es mi intención, en estos artículos, empezar desde aquí a pontificar y a criticar la labor de esos compañeros, pero sí ayudar a descubrir los diferentes caracteres y describir los que, a mi juicio, son los mínimos que un profesor debe ofrecer a sus alumnos para que su trabajo sea productivo para ellos y satisfactorio para sí mismo.

JMR

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