… y casi sin darnos cuenta ya estamos a veintitantos de septiembre y casi ha pasado el primer mes del curso.
Si hemos hecho una buena planificación, deberíamos haber cogido ya el ritmo de trabajo adecuado que mantendremos el resto del curso, pero que iremos adaptando según nuestras necesidades.
Con el oboe, después de la pretemporada del mes de agosto, ya estoy tocando con normalidad: he recuperado el sonido, la agilidad y la resistencia que pude haber perdido durante la pausa de las vacaciones. Como comentamos en otro artículo, es fruto de saber secuenciar las etapas de la vuelta a la normalidad, sin agobios, y sabiendo en cada momento qué tipo de estudio necesito para ponerme en forma cuanto antes. Estudio efectivo. En el CSMN no ha habido especiales problemas para organizar los horarios y aunque es una etapa un poco pesada a cuenta del papeleo, pronto pasará. Este año tenemos siete alumnos de oboe.
Con mis alumnos he empezado aplicando planes similares a los que uso conmigo mismo: a los alumnos nuevos les voy mostrando mi forma de trabajar y veo cómo reaccionan y qué les funciona bien y qué no tanto; con los demás, repaso y profundización del trabajo técnico iniciado en los cursos pasados. Básicamente estamos haciendo trabajo de base de sonido, con y sin vibrato, flexibilidad en octavas e intervalos, escalas, con ritmos y articulaciones, etc. Aunque pueda parecer un trabajo demasiado estandarizado, hay suficiente repertorio de ejercicios en cada apartado como para personalizar el plan según las necesidades del alumno concreto lo demanden. También trabajamos libros de estudios, y algo de repertorio que, aunque no es la prioridad en este momento del curso, ayuda a mantener la motivación.
Ya se van perfilando objetivos intermedios para cada alumno: pruebas, conciertos, etc. Según se vayan acercando las fechas iremos adaptando el plan.
He aprovechado el final del verano para preparar un stock suficiente de cañas terminadas. Y tengo material y otras muchas cañas más atadas a la espera del raspado. Varias personas ya han probado mis cañas y sus opiniones me están resultando muy valiosas para ver las necesidades reales de los otros oboístas y adaptar el producto a ellas lo más posible.
En el entrenamiento vamos también quemando etapas: estoy haciendo entre setenta y ochenta kilómetros por semana, con varias salidas de veinte kilómetros sin mayores problemas. Eso sí, escuchando al cuerpo y adaptando el ritmo a cada día, según esté más o menos cansado, cómo vaya asimilando el entrenamiento, la temperatura, etc. Como el objetivo más próximo es el Maratón de Lège-Cap Ferret, en octubre, y ése lo voy a hacer como un rodaje largo más, sin preocuparme por la marca, estoy basando todo el entrenamiento en rodajes más o menos largos. El trabajo de series lo empezaré después, para preparar el Maratón de San Sebastián, en noviembre, donde sí que me gustaría hacer una buena marca.
Así que, ya sabéis: planificaros bien y vuestro trabajo será más efectivo y más estimulante, y tendréis tiempo para vuestras aficiones, los amigos y la familia. Diversificad vuestros objetivos (no solo musicales) y siempre tendréis algo que os empuje a seguir adelante.
Ánimo
JMR