
En el artículo de ayer se describían las tres maneras en que se puede hacer el vibrato con el oboe y concluía insistiendo en la importancia de tener en cuenta las especificidades del instrumento para poder elegir la más conveniente. Un oboísta completo debería dominar tanto el vibrato de diafragma como el de garganta —ya se explicó que el de mandíbula no es recomendable por producir un efecto muy marcado y de difícil control— para poder usarlos indistintamente según requiera la obra por su tesitura, matiz o carácter.
Aunque se trata de una opción personal basada en la experiencia de quien esto escribe, se puede decir que en términos generales un buen vibrato de garganta es el ideal para la mayoría de las necesidades expresivas del oboísta. Este vibrato resulta más fácil de controlar que el de diafragma al estar implicados grupos musculares más pequeños y permite mantener intactas tanto la embocadura y como la columna de aire, lo que permite una producción del sonido más relajada y sin alterar la conducción de la frase, las dinámicas o el timbre del sonido.
Si nos fijamos en los instrumentistas de cuerda, veremos que lo que hacen al vibrar es mover el apoyo del dedo hacia arriba y hacia abajo en el mástil, lo que tiene como consecuencia que el sonido suba y baje alternativamente al modificar minimamente la longitud de la cuerda. La oscilación del sonido es muy pequeña y no se percibe como desafinación, sino como un cambio de color en el sonido. Este movimiento sería el equivalente, en nuestro caso, al movimiento de la lengua dentro de la garganta que hacemos en los ejercicios de calentamiento y de sonido como los descritos en el Cuaderno de estudio. En cambio, para conseguir el vibrato no hacen ningún cambio en el movimiento del arco , lo que sería el equivalente a nuestro apoyo en el diafragma que nos permite controlar el fraseo.
El primer paso para trabajar el vibrato es analizar todos los factores que intervienen en él y la función que tiene cada uno. A menudo se confunde el vibrato de garganta con el de diafragma porque simplemente no se ha hecho este trabajo de análisis previo. No son pocos los que afirman equivocadamente que hacen el vibrato con el diafragma simplemente porque es ahí donde sienten más claramente el apoyo —que efectivamente está en la base de todo el sistema de control del sonido—, obviando el movimiento que, a veces inconscientemente, se está haciendo en la garganta con la lengua.
Ejercicios preliminares
En los ejercicios del artículo de hoy trabajaremos el vibrato de garganta —o de lengua— desde sus aspectos más básicos y en los del resto de la semana propondremos varios ejercicios que se podrán practicar indistintamente con el vibrato de garganta o el de diafragma.
Para empezar al trabajar el vibrato de garganta es conveniente comenzar haciendo los ejercicios siguientes con la caña, que pueden ser una parte del calentamiento diario:
- Solo con la caña, tocar una nota tenida sin vibrato después de haber hecho una inhalación correcta y bien apoyada en el diafragma. Sentir como el aire sale por sí solo sin esfuerzo, simplemente dejando que los músculos abdominales se relajen. Se puede pensar en la pronunciación de esta nota como la de una eeeeeee.
- A continuación, repetir esa misma nota, pero cuando esté perfectamente estable, cambiar la pronunciación de la nota de forma regular y sin mover la embocadura, volviendo al final a la nota sin vibrato —eeeeeee-i-e-i-e-i-e-i-eeeeeee—. No es necesario que la nota oscile mucho, basta con apreciar un cambio de sonoridad. Para sentir bien el movimiento se puede hacer el ejercicio muy lentamente, con el metrónomo a negra=60 y cambiando de vocal en cada pulso. Si ya se controla el gesto, se puede hacer el ejercicio al doble de velocidad, o con diferentes ritmos. Es recomendable empezar y terminar cada ejercicio con la nota tenida sin vibrato para comprobar que realmente estamos controlando la emisión.
- Si ya se domina el vibrato con la caña en la nota intermedia, podemos repetir el ejercicio con la nota grave (ooooooo-e-o-e-o-e-o-e-ooooooo).
- Solo falta hacer el ejercicio con la caña sobre la nota superior, que el oboe correspondería con la tesitura media-aguda. La pronunciación oscilaría entre una i y una I con la lengua aún más arriba.
Antes de pasar a hacer ejercicios de vibrato con el oboe es conveniente trabajarlos durante un cierto tiempo solo con la caña, hasta que se sea realmente consciente de cómo se está haciendo y se automatice el gesto. Siempre se debe procurar que este tipo de vibrato no afecte a la embocadura ni al apoyo en el diafragma, que deben permanecer independientes con respecto a los movimientos de la lengua. También es bueno alternar notas con y sin vibrato, para mantener el control en todo momento. Por ese mismo motivo es recomendable hacer estos ejercicios con el metrónomo a diferentes velocidades. Después, en su aplicación práctica en una obra, es evidente que el vibrato no será medido, pero el haberlo trabajado de esta manera facilitará disponer de él con la velocidad y la amplitud que requiera el fraseo.
JMR
Los artículos faciltan transmitir las informaciones a los alumnos por etapas com más claridad en la enseñanza del oboe. Muchas gracias por el material!!
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Gracias a ti por tu interés. Me alegro de que te resulten de ayuda con tus alumnos
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