La interpretación y la enseñanza. Dos caras de la misma moneda

Habréis observado que este curso pasado los artículos del blog se han ido espaciando, como también ocurrió hace un par de años. Esto es debido a que, al igual que entonces estoy inmerso en otro proyecto que me llena de ilusión, pero también de trabajo. Se trata de un nuevo libro que se publicará, como el anterior, en la editorial Redbook, dentro de su colección Ma Non Troppo. Saldrá a la venta el próximo mes de septiembre, con el principio del nuevo curso.

El libro tratará sobre la relación que los profesores de música tenemos con nuestro instrumento y ofrecerá consejos para analizar, saber adaptar y poder explicar nuestras propias habilidades a los alumnos. También incluirá un capítulo con consejos sobre cómo preparar la parte práctica docente en una prueba de selección para un trabajo en una escuela de música o conservatorio.

La mayoría de los que nos dedicamos a la música hemos encontrado nuestro futuro profesional en la enseñanza. De entre los que empiezan con un instrumento son muy pocos los que al terminar sus estudios consiguen una plaza en una orquesta profesional, y aún menos los que llegan a solistas, pero muchos hemos sabido encontrar una profesión igual de gratificante en el campo de la docencia.

Se puede pensar que el hecho de que en este país la interpretación tenga un prestigio social del que carece la enseñanza puede conllevar una baja autoestima entre el colectivo de profesores y que pueden sentirse frustrados al no haber llegado, aparentemente, a desarrollar todo su potencial. Como en muchos otros campos de la vida esta percepción depende de la personalidad de cada uno, pero el hecho de que la interpretación no sea la principal actividad profesional del profesor no significa que tenga que dejar de lado su instrumento y que no pueda desarrollar en paralelo una interesante actividad interpetativa en aquellos lugares y ocasiones que se le presenten.

Por otra parte, aquellas personas que dan clase pero se dedican principalmente a la interpretación deben realizar un esfuerzo de autoanálisis y de adaptación en su trabajo docente que les permita compartir sus experiencias sobre el escenario y explicar su saber hacer de una forma clara y asimilable para sus alumnos más allá de la simple imitación.

Para centrar el tema y poder hablar desde más allá de mi propia experiencia personal preparé una encuesta que envié a multitud de escuelas de música y conservatorios profesionales y superiores, y que probablemente os habrá llegado a muchos de vosotros. Tuve la satisfacción de contar con la colaboración de casi quinientas personas, que con sus respuestas y comentarios a la encuesta han supuesto una gran ayuda para la redacción del libro. Os estoy profundamente agradecido.

En la encuesta se abordaban temas tales como si los profesores se dedicaban exclusivamente a la enseñanza o si también actuaban, si tenían la costumbre de tocar en clase o no y cuanta importancia le concedían a mantenerse activos con su instrumento. También se preguntaba sobre su propia percepción sobre la interpretación y la docencia, y cuales eran los aspectos de la práctica del instrumento que más les costaba transmitir a sus alumnos y cuales aquellos en los que se sentían más seguros. Del análisis de las respuestas y de su observación diferenciada según edad, sexo y nivel educativo se han extraído datos muy interesantes, y también alguno inesperado.

Después de describir la situación actual y las inquietudes interpretativas y pedagógicas del colectivo de profesores de instrumento, en el libro indagaremos en cómo analizar la propia forma de tocar para saber qué sucede realmente cuando tocamos, y cual es la forma más efectiva de transmitirlo al alumnado de diferentes edades y niveles. También daremos consejos sobre cómo organizar una clase, cual puede ser su estructura para encontrar la forma más efectiva de incluir todo lo que implica el hecho de tocar, y qué tipos de ejercicios o de estrategias de trabajo son las más convenientes.

El último capítulo, que pienso que para muchos puede ser el más interesante, describe cómo preparar la parte práctica docente de una prueba para un puesto de trabajo, en la que se dispone normalmente de unos veinte minutos para dar una clase a uno o varios alumnos. Aunque es el ejercicio de la prueba de selección que más se aproxima al trabajo que se va a desempeñar, tiene varias particularidades que lo diferencian de una clase real, y hay que tener en cuenta la administración del tiempo y qué aspectos son los más importantes para mostrar al tribunal y de qué manera lo podemos hacer aprovechando las oportunidades que nos proporciona el alumno.

Por otro lado, os puedo anunciar que este año el Curso Internacional Pirineos Classic que se celebra en Canfranc (Huesca) del 7 al 17 de julio, además de ofrecer las clases habituales de instrumento y de conjunto, estrena un nuevo apartado dedicado a la pedagogía de los instrumentos, que estará dirigido a alumnos de grado superior y a personas ya tituladas que deseen iniciarse en el campo de la docencia. Yo me encargaré de la sección de instrumentos de viento, y los socios de AFOES tendrán un diez por ciento de descuento. Será un placer compartir allí unos días con vosotros.

JMR

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